lunes, 12 de enero de 2009

¿¿Criatura irracional??


Cuando abrimos la Biblia en el primer libro y en el primer capítulo, lo primero que nos encontramos es el relato de la creación. Dios creó la tierra y todo el entorno marino y celeste, preparándola como el escenario para la vida.

Pero, ¿porqué aparece el relato de la creación, justo en el inicio de Génesis, el libro de los orígenes? Aparte de un motivo lógico – explicar como entramos en acción en la História – tu podrías encontrar seguramente algunas razones más. Se me ocurre una: que sepamos, o recordemos, la importancia de todos actores secundarios en nuestra existencia humana. Necesitamos el agua, el aire y el sol. No habría posibilidad de vida fisiológica sin ellos. Pero tampoco habría posibilidad de vida afectiva sin los animales, racionales e irracionales. ¡¡Dios es bueno!! ¡Él aprecia la vida! De hecho, en un contexto relacionado a este, el de la redención y recreación, eso nos es recordado cuando Jesús dice: “…yo he venido para que tengáis vida, para que la tengáis en abundancia.”

A casi todos nos gustan los animales. Unos tienen perros, gatos, y otros canarios. Otros aún tienen iguanas o hurones. A unos les gusta el tigre, a otros el caballo o los peces de colores… Como dice el dicho, los gustos no se discuten. No son mejores o peores, ¡son simplemente diferentes! La diversidad entre los animales implica aspectos tan interesantes, capaces de sorprender incluso las mentes más brillantes. Existen sapos que hibernan, dentro de la tierra, por un periodo de 8 meses. Hay pájaros y aves que son capaces de volar durante 3 días seguidos sin parar - alrededor de 4.500 kilómetros. En estas “pequeñas cosas” reconocemos también la grandeza del Creador.

En la Biblia hay muchas historias donde figuran animales. Hay una especial, donde encontramos un animal que desempeña un rol protagonista. Quizá ya la has adivinado. Si, aparece el el capítulo 22 del cuarto libro, el de Números, y es la historia donde también sale Balaam;) Muy interesante e importante. Balaam se llevó una valiente lección de su asno, animal comúnmente conocido por el nombre burro. El asno de Balaam (mucho más sabio que el amigo listillo de Shrek) habló con él y le salvó la vida. ¿Has pensado en esto? ¿Dónde se ha visto un hombre llevarse un lección de un burro? Es interesante ver hasta donde Jesús es capaz de llegar para hacernos comprender que Él se preocupa de nosotros. De nuestra vida. Dios hace lo impensable. Para Él no existen fronteras o límites para decirnos cuanto nos ama. Puede ser a través de la hermosa naturaleza, seres humanos, ¡o incluso animales!

La próxima vez que te cruces con un burro, acuérdate de esta historia, ¡¡de cuanto Jesús te ama!! ;)
puebloblanco, 12 enero, 2009